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Una confesión

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La primera vez que vi Toy Story pensé, que fuerte!, este guion lo podía haber escrito yo. Yo pensaba que mis juguetes estaban vivos cuando yo salía de mi habitación y a veces les ponía trampas para comprobar si se habían movido, o a veces salía de mi habitación y volvía a abrirla rápido para ver si les pillaba. No me gusta sentir cosas negativas hacia otros que han hecho magia con libros o guiones pero por décimas de segundo sentí que me se me habían adelantado y mi admiración es máxima.

Cuando pensé en mi negocio en julio de 2013, mi plan era muy novedoso, no existía nada igual en mi mundo y me costo encontrar una bibliografía en español relacionada con marketing inmobiliario o preparación de viviendas sin reformas en el verano de 2013.

No recuerdo las palabras clave que busqué pero en español no encontré nada parecido. Empecé a buscar en otros idiomas y resulta que encontré que en USA había una escuela de Home Staging, y que era un termino que una americana había inventado en los años 70 para nombrar el trabajo de Hacer una Escenografía en las viviendas para venderlas mejor como si de un teatro se tratase.

Cuando leo el significado y veo de qué trata el negocio, con el que Barbara Swartz había transformado en los años 70 el mercado inmobiliario me sentí como cuando vi Toy Story. Ahí tarde un poco más de décimas de segundo en buscar admiración en mi primer pensamiento, pero tras esos segundos pensé, esto es definitivo para crear mi negocio. Habia estadísticas de éxito y muchísimos ejemplos de home stagers americanas en los que podía inspirarme. Que otros hayan triunfado con este negocio es un buen comienzo. Tener competencia es lo mejor que puede haber cuando empiezas. Me ayudaron mucho sus libros, aunque el mercado americano es muy maduro y aqui casi acabamos de empezar.

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