¿Una casa pequeña y además con un escalón? No solo no es una dificultad, sino que además puede suponer una ventaja decorativa.
Un escalón es el comienzo de todo, es un inicio y un cambio de espacio: da paso a algo y diferencia los ambientes.
La imagen es de la película “Descalzos por el parque” (1967), memorable film en el que Jane Fonda y Robert Redford se enamoran locamente y se casan, pero un apartamento diminuto en un quinto piso sin ascensor amenaza con arruinar su apasionada historia de amor. Un apartamento pequeño, sí, pero lleno de encanto.
Ahora una casa pequeña puede convertirse en un buen hogar, práctico y completo, salvando y aprovechando lo que antes podían ser desventajas. Un escalón que separe el espacio de la cocina, o una terraza, hace que las habitaciones estén diferenciadas sin necesidad de muro. ¡Además la luz entra e inunda todo sin cortapisas ni barreras! A veces es la solución perfecta: hacer dos niveles. Pero, incluso si ya lo encontramos en la casa hay que asumirlo como algo a nuestro favor. Porque esa es la clave de una planificación y decoración inteligente y práctica: sacar partido a lo que, en un primer vistazo, nos ha parecido un inconveniente. Y no lo son, en absoluto. Son una plataforma, un distribuidor, un vestíbulo… En definitiva: una oportunidad.